Pozo de las Ánimas - Malargüe, Mendoza
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En este pozo, el viento sopla fuerte y provoca un silbido en sus cercanías, lo que dió origen al nombre del mismo y a una curiosa leyenda.

En esta zona también se encuentran otras formaciones geológicas como la Laguna de la Niña encantada, la cual también puede ser visitada.

El Pozo de las Ánimas es una formación geomorfológica llamada "dolina", que se presenta con una profundidad de 21 metros y alberga a su vez 8 espejos de agua dulce en su base, separados por una delgada pared rocosa. Los estudiosos indican que con los años esta fina pared de roca se irá desgastando por la erosión quedando el mismo sin división alguna.

El Pozo puede ser visitado en cualquier época del año y su principal atractivo es la fotografía deslumbrante que presenta ante los ojos del turista (además de la escalofriante leyenda).

Como bien dijimos, el pozo se encuentra dividido en dos. El pimero es una gran cavidad en el cual se pueden observar distinto tipos de vegetación pegada a sus paredes.

La segunda parte del pozo, asombra por su tamaño y normalmente se producen derrumbes de grandes características. Sus paredes se encuentran agrietadas por la erosión y allí es donde se ven robustas piedras que caen a menudo.

El Pozo de las Ánimas se formó por un proceso que sufriendo los depósitos subterráneos de yeso. Los mismos formaron grandes cuevas debajo de la superficie por las filtraciones del agua, quedando así en forma de conos, los cuales continúan en proceso de expansión.

Otras características del pozo, es que posee un diámetro de unos 200 metros y su profundidad máxima alcanza los 80 metros y desde allí hay 21 metros desde el nivel de agua al fondo del pozo.

La leyenda sobre el Pozo de las Ánimas

La leyenda en el lugar cuenta sobre dos tribus que habitaban la zona y un día entraron en un gran conflicto. Una noche, una de las tribus era perseguida por la otra cuando de golpe, los gritos de persecusión sesaron y abandonaron así la búsqueda.

Al día siguiente, se escucharon fuertes lamentaciones y gritos que les llamó la atención. Salieron en busca de los mismos y allí encontraron dos grandes pozos con todos los cuerpos caídos en la profunda fosa natural.

Desde ese entonces, se le dió al pozo el nombre de "lugar en el que lloran las ánimas". Además la tradición local, indica que allí van a rezar y a lamentarse las almas que andan en pena por los cordones montañosos.

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